Las personas, cuando sufrimos un revés, una agresión, no nos acostumbramos, costumbre no es la palabra, sino que con el paso del tiempo nos adaptamos, esa sí es la palabra, adaptación.
Durante el proceso de adaptación muchas cosas cambian, no solamente nosotros.
La adaptación consiste en que cambiamos para adecuarnos a la nueva situación que se generó tras la agresión. Puede tratarse de un cambio de costumbres, de actitud, de ideas o cualquier otra cosa, pero nuestro cambio arrastra, sin quererlo, al de algunas cosas que hay a nuestro alrededor, las hacemos cambiar nosotros, no deliberadamente, sino como parte de un proceso vital.
La situación de lo que nos rodea ha cambiado, hay un antes y un después.
Al cabo de algún tiempo, y a consecuencia de nuestra adaptación, nos sentimos mucho más confortables y, si el revés no ha sido muy importante ó grave, puede ser que hasta nos olvidemos de él.
El cambio en el entorno que nos rodea permanece y quizás eso sea una venganza contra el que nos ha agredido.
Porque posiblemente ese cambio que se ha producido, que hemos generado en nuestro entorno para sentirnos cómodos en nuestras nuevas circunstancias, se haya vuelto contra él.
Sin embargo nosotros somos más fuertes.
Quién sabe, quizás la vida sea sabia y se vengue de los agresores.
17 de Marzo de 2011
© Copyright de los textos, Alvaro Emilio Sánchez Tapia, 2021
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