lunes, 9 de enero de 2012

Porque nos son tan especiales las personas (que nos son especiales).

  

Son especiales porque son distintas y atrayentes, porque hacen cosas distintas y agradables, porque piensan cosas distintas que la mayoría de la gente que nos interesa menos. Estas personas especiales nos gustan y nos atraen mucho.

Porque son, además, humanas y cercanas, se acercan a nosotros y nos expresan sentimientos cálidos, que nos resultan agradables. Se relacionan con nosotros, y con el resto de la gente, con cariño y naturalidad.

Porque no nos aburren (es una expresión muy fuerte, pero sincera).

En realidad porque nos gustaría estar continuamente en su compañía, porque su forma de ser nos acaricia, porque nos divertimos con ellos, porque nos sirven de apoyo, porque nos apoyan, porque nos gustaría servirles de apoyo.

Porque tenemos afinidad con su carácter y su forma de ser. Les buscamos y nos buscan. Sentimos su complicidad y ellos sienten la nuestra.

Porque notamos una gran sensación de bienestar cuando estamos juntos. Notamos que casi siempre sobran las palabras entre nosotros, sobre todo cuando se trata de palabras que preferimos no hablar. Basta una mirada, un gesto, una cara de dolor o de alegría para que sepan qué sucede. Para que sepamos qué les sucede.

Porque el tiempo con ellos se pasa volando. Porque nos dicen cosas interesantes (o sea, nos interesan), porque hacen cosas interesantes (o sea, nos interesan), porque juntos hacemos cosas interesantes. Porque aunque no sean interesantes a nosotros nos interesan.

Porque les queremos y nos quieren, y todos necesitamos amar, mucho, incluso más que ser amados.

Realmente son especiales porque son personas especiales y distintas. Pero también lo son porque les hace ser especiales nuestra forma de mirarles, admirarles y quererles.

Las dos cosas.

Pero también... porque nos hacen sentir especiales a nosotros, es una complicidad que sólo se entiende cuando se produce.

Todos somos especiales para mucha gente. Todos somos especiales y únicos, sólo es cuestión de que otros ojos nos vean así.   



© Copyright de los textos, Alvaro Emilio Sánchez Tapia, 2021


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